Homilética el arte de la predicación

Esta entrada es una reacción mía de la página Homilética, el arte de la Predicación Biblica. Son unos pensamientos míos sobre la predicación.

Primero, tengo que decir que el intento de esta página que leí es de no predicar en una forma «muerta». Estoy de acuerdo con el autor. Pero de ir demasiado en la dirección opuesta no es bueno tampoco. Entre oponer este hermano o de estar de acuerdo con este hermano, estoy más de acuerdo con él.




¿Qué es el evangelio?

De decir que el evangelio es la suma total de lo que predicamos está mal. El Evangelio es en el corazón de todo lo que predicamos, pero el evangelio debe abargar el todo de nuestras vidas, y el todo de nuestra experiencia cristiana. Pero el evangelio o la salvación también debe causarnos de ser buenos miembros de una buena iglesia cristiana, y que debemos llevar una vida cristiana que va mucho más que dar el evangelio como la única cosa que hacemos.

¿Es el evangelio una provocación?

La respuesta de esto es sí y no. Hay un lado de amor y compasión y consolación en el evangelio. Pero también, el hermano es correcto en que confronta otros conceptos en competición con el evangelio.

Pero para mi, como pastor, veo

2ª Tim 2:24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.

O sea, el punto principal es que el hombre de Dios no debe ser contencioso en su ministero, pero debe ayudar a los en el lazo del diablo. Entonces queremos causar la gente de «pensar» sobre los errores de su vida, si es posible provocarles a arrepentirse y tener fe en la salvación de Dios. Esto es bueno.

Definición de provocar

provocar

  1. tr. Producir, causar:
    el tabaco puede provocar serios daños a la salud.
  2. Irritar a alguien, incitarle para que discuta o pelee:
    no me provoques, que no quiero discutir contigo.
  3. Excitar el deseo sexual de manera intencionada:
    le gusta provocar con su forma de vestirse y de moverse.
  4. amer. col. Apetecer.
    ♦ Se conj. como sacar.

desde https://www.wordreference.com/definicion/provocar

Yo marque en rojo las definiciones que para mí no parece la palabra adecuada para la predicacción. No estamos «provocando» a nadie en el ministerio. Estamos tomando la tarea de vocero, repetir lo que Dios ha dicho. Muchas veces esto nos mete exactamente en una provocación, pero provocar, o irritar no es nuestra meta. Salvación de la gente es nuestra meta.

Aplicando principios espirituales a vidas normales

Al final de todo, un predicador es encargado por Dios de aplicar los principios espirituales de la Biblia a las vidas de los que le escuchan. La mayoria de los predicadores predican información sobre la Biblia y no buscan a aplicar los principios a las vidas de los que le escuchan.

Hay un chiste en esto.  Si el predicador QUIERE aplicar principios espirituales, buscarán pasajes para facilitar esto, de otro modo, buscan hechos, detalles, y información «SOBRE» la Biblia en que pueden hablar por el tiempo adecuado, y luego retirarse. Los que quieren aplicar principios para cambiar moralmente su gente tiran a tomar más tiempo, y los que no buscan aplicación tienden hacia sermones de 20 minutos, con 15 minutos de los 20 en chistes, bromas, y noticias generales del día (no religiosas normalmente).


Baxter Orientaciones para Odiar el Pecado
es un artículo de 20 "orientaciones" o pensamientos porque debemos odiar el pecado y alejarnos de ello.
Extracto: 1. Orientación
Esfuércese tanto por conocer a Dios como para ser conmovido por Sus atributos. Viva siempre delante de Él. Nadie puede conocer el pecado perfectamente porque nadie puede conocer a Dios perfectamente. Usted no puede conocer el pecado más de lo que conoce a Dios, contra quien usted peca; la maldad formal del pecado es relativa, pues es contra la voluntad y los atributos de Dios. El hombre piadoso tiene algún conocimiento de la maldad del pecado, porque él tiene algún conocimiento del Dios que es ofendido por este.

El impío no tiene un conocimiento práctico y prevaleciente de la maldad del pecado, porque él no tiene un conocimiento de Dios. Aquellos que temen a Dios temerán el pecado; aquellos que en sus corazones son irreverentes e impertinentes para con Dios, harán, en sus corazones y en sus vidas, lo mismo para con el pecado; el ateísta, que piensa que Dios no existe, también piensa que no hay pecado contra Él. Nada en el mundo entero nos mostrará de manera tan simple y poderosa la maldad del pecado, tanto como el conocimiento de la grandeza, bondad, sabiduría, santidad, autoridad, justicia, verdad y etc., de Dios. Por tanto, el sentir su presencia hará que también sintamos la maldad del pecado.

Descargar el PDF: Baxter Orientaciones para Odiar el Pecado.

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Sermón Tendrás que Nacer de Nuevo

La Biblia exige una conversión espiritual que es como de noche a día de cambio. O de poner esto más simple, es como un bebé que vive adentro de su madre de diferente de vivir afuera al nacer. Es un cambio espiritual visible. Es un cambio de deseos. Es de luchar con Dios y en contra de tu propia carne.
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