Sermones Eficaces

Sermones Eficaces ¿Qué es el secreto de un sermón eficaz? Simplemente sermones eficaces tienen un mensaje de Dios que el predicador hace llegar al corazón de los oyentes.




Sermones Eficaces

Sermones Eficaces
Por David Cox

1Sa 15:22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 

En los días pasados, a veces uno puede oír, «Tu sueñas como un sermón como el predicador, siempre tratando de convencerme de cambiar y hacer algo con mi vida». La idea era que un sermón era por definición, un trato en que el predicador trata de cambiar la moralidad de los oyentes. Es lastima hoy en día que sermones no son así, y hasta que la percepción general del mundo hacia sermones no trae esta idea tampoco.

¿Qué es el secreto de un sermón eficaz? Simplemente sermones eficaces tienen un mensaje de Dios que el predicador hace llegar al corazón de los oyentes. Esto es una buena aplicación. Pero, como predicador, ¿Cómo creo un sermón así?

De hacer una aplicación de un sermón, primero tienes que explicar la evidencia bíblica sobre el principio y extraer este principio del pasaje o pasajes, y luego hacer el principio tan claro, de levantar la necesidad tanto de imponer este principio en nuestras vidas por medio de la Palabra de Dios, y la obra del Espíritu Santo obrando en nuestra consciencia, que el oyente no puede salir sin sentir esta obligación, y cambiar su vida.




El éxito o fracaso de hacer una aplicación queda en hacer claro una conducta, actitud, o forma de pensar tan fuerte en la mente y espíritu, que la persona siente convencido de que es la Voluntad de Dios, y va a obedecer a Dios con la ayuda del Espíritu Santo.

Muchos sermones tiene la aplicación así, «Que Dios usa su Palabra en sus vidas.» Esto no es una aplicación, sino una esperanza del predicador, (no hice mi tarea bien, pero ayudame Dios por todos modos).




El «Empuje» principal del Sermón

Si podemos aclarar que el punto o función de un buen sermón es que la congregación recibe un mensaje de Dios que va a cambiar su moralidad, o reesforzar (lo que hacen bien), entonces tenemos una buena fundación de donde empezar. Podemos ver un resumen del sermón como este punto de moralidad en una forma concisa. Esto normalmente debe ser el tema o propósito (proposición) del sermón que debe ser declarado en la introducción o cerca del principio del sermón, y probablemente redeclarado en la conclusión, o que es la aplicación.

Lo que la aplicación hace es de tomar un principio eterno de la Biblia, (demostrando el vínculo bíblico) y luego aplicar este principio a la vida de los oyentes.




El Pecado de Sermones sin Aplicación

1Co 8:1 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.

Hay un punto muy clave en todo esto, y es que la ciencia, el conocimiento es nada más el principio de lo que Dios quiere para nosotros. Conocimiento de hechos o datos realmente no hace nada por sí mismo. Es el principio sí, pero no es el fin en sí. Pro 1:7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Pro 1:22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia? La ciencia (el conocer o entender) es donde empieza la obra de Dios en el corazón del hombre.

Hay un proceso o una actividad espiritual que es necesario para que haya provecho espiritual de la información. Esto es importante de entender. La actividad del predicador es de tomar información de «así ha dicho el Señor», y cambiarlo para que haya actividad moral. El error más grave de cualquier sermón es la falta de esta actividad.




Reconociendo Sermones Débiles

Lo más obvio es que el sermón no se aplica ningún principio espiritual, y unos aunque menciona debilmente algo, no hacen una exhortación apasionada hacia a ello.

Famosamente, estos sermones suena como clases de Biblia en una escuela de Biblia. Hay un sin fin número de datos y hechos que uno debe recordar, pero el oyente es abandonado cuando llega a qué hacer con esta información. Meditación no es parte de esta actividad, porque no es realmente cambio moral, sino llenar la cabeza con ciencia que envanece.

Entonces, buenos sermones no tienen tantos datos y versículos como buenos sermones. (Pero los sermones que carecen de textos bíblicos y su exposición son realmente los peores. Es puro especulación, y no es el mensaje de Dios.)

Cuando parece que el pastor está preparando el oyente para una prueba al final de la clase, esto está mal. Cuando parece que el pastor está tratando de quebrar un mal habito en la vida del oyente, cambiando esto para un buen habito, esto es un buen sermón.




El Empuje Moral

O sea, usamos lo que Dios ha dicho porque sin ello, todo lo que decimos es solamente opinión humana, y puede ser bien, o puede ser equivocado. Pero la mera esencia de un sermón eficaz y buena es que logra cambio moral adentro de los que oyen este sermón. Este modelar espiritual y moral es la parte más importante en el sermón, y es la parte que tantos predicadores dejan afuera, sin desarrollo, sin énfasis, sin resaltarlo.

Si predicamos quienes son los doce apóstoles o los doce tribus de Israel, está detalle no nos cambia en ninguna forma. Lo que nos cambia es cuando vemos falta en nosotros (pecado), que nos arrepentimos de ello (decidimos de cambiar nuestra vida), y hacemos la justicia de Dios. Justicia es lo que debemos hacer para cumplir la voluntad de Dios el Padre.

El problema es que en tantos sermones, el «empuje moral» no está allí. Si hay algo espiritual o moral que uno aprende del mensaje, el oyente tiene que hacer todo el trabajo él mismo. Hablamos aquí sobre la aplicación de la enseñanza a la vida espiritual de uno. O sea, allí está un principio espiritual en el texto o pasaje, y ahora, ¿Cómo debo vivir diferente porque entiendo esto? En muchos casos, es simplemente el reconocer que uno está pecando en algo.

2Sa 12:7 Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, 

El «sermón» de Natán era de hacer David reconocer su pecado con Betsabé. Pero el punto moral está muy fuerte en esto.




En Mateo 13, Jesús enseñó a las multitudes sobre la parábola del sembrador. Clave aquí es Mat 13:12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. En los diferentes casos de los diferentes suelos, cada uno recibió o no recibió o recibió y retuvo de mala forma la semilla. Igualmente las personas reciben el evangelio, entonces cuidado como reaccionas a la Palabra de Dios. Aun lo que piensas de tener puede ser tomado de ti si no recibimos correctamente.

Todo buen sermón va a tener está parte donde el predicador aplica uno o más principios espirituales en la Palabra de Dios a los oyentes. Esto toma una de dos formas, HAZ esto, o NO HAGAS AQUELLO. O sea, cambia conducta y actitud. Nunca Dios es satisfecho con un solo, SABE ESTO. Lo que presentamos, presentamos para cambiar la gente a la imagen de Cristo, para que anden en la voluntad de Dios.

Si tu sermón no tiene una aplicación moral, entonces es como un dentista que te inyecta con medicamentos para matar el dolor, y te rellena la boca con algodón, pero nunca jala ningún diente. El propósito principal nunca se cumplió.




Creando un Sermón con «Empuje Moral»

Es importante de ver que esto no es lo que añades a tu sermón, sino es el mero corazón del sermón, y lo demás añades para llegar a este punto. El mensaje de Dios que debes buscar antes de decidir en un tema es simplemente, ¿Qué cosa Dios quiere que trato de cambiar moralmente en esta congregación esta oportunidad? Desde allí empiezas el sermón. Desde allí echas la fundación y cimientos del sermón y edificas lo demás. Lo que te ayuda concluir en la aplicación lo más fuerte, esto queda en el sermón, y lo que no te echas afuera. Además, entre todo el soporte que vas a presentar para llegar a este punto, pesas cada pieza, y lo que es excelente queda, y lo que es solamente «bueno» se va.

O sea, creas un sermón excelente primero con el tema y este aplicación moral, que tú como estudiante de las Escrituras descubres desde tus lecturas de la Palabra de Dios, y luego trabajas en reversa para que el sermón llegue a esta conclusión.

Revisas muchos sermones en el Internet, y lo que vas a encontrar es que la mayoría de ellos tienen buenos versículos y unos buena lógica, pero muy pocos hacen llegar al corazón del oyente un principio divino (esto es que llega el empuje moral a su blanco). Si examinas lo que muchos buenos cristianos identifican como excelentes sermones, ves que en un punto en su sermón, hay una plática donde el predicador exhorta y empuja esta aplicación y/o este principio al corazón del oyente. Muchos sermones brilla por su estructura o por su entrega (oratorio), pero pocos sermones realmente son excelentes porque redarguya al oyente. Pero esto es el asunto, esto es el predicar.

Parte de crear un excelente sermón es de construir un sermón donde es muy fácil de recordar la aplicación. Explicalo bien primero, y luego pegalo para que nunca vayan a olvidarlo.

Además, es siempre de unir el tema y la aplicación para que fueran unidos en uno. Se ve uno en el otro. Luego escribalo en el principio de tu bosquejo, y haz la pregunta a cada versículo, ejemplo/ilustración, y punto, ¿Cómo relaciona este elemento al tema?




Más Ayudas Practicas

Una ayuda aquí es de poner los puntos principales en forma de imperativos, (mandos directos)

Puedes también usar declaraciones en los puntos, y evidencias en los subpuntos.

Busca ejemplos en la vida real o ilustraciones del principio que estás tratando de convencer los oyentes de hacer. Muchos libros de ilustraciones son para encontrar una buena para un sermón. No hay nada mal en tener una sola ilustración que capta el tema y lo aplica por ejemplo.

Enfoca en lo que Dios quiso enseñar en el contexto del pasaje bíblico. Como ellos entendieron en aquel día. Luego comparalo con nuestra situación para encontrar como debemos nosotros aplicar lo mismo.

Edificar una biblioteca de sermones de otras personas (y buenos comentarios) que puedes consultar para ver como otros predicadores han aplicado el principio y/o texto.

Unos predicadores no nada más empieza a crear su sermón con la aplicación, sino también presenta la aplicación en la introducción, y desde allí examina la evidencia bíblica, aplicando cada texto a la idea de la aplicación.

Pon un verbo en cada punto principal de tu sermón. Mejor si puedes usar el imperativo.

Haz la pregunta después de oír tu sermón, ¿Qué deben los oyentes de tu sermón hacer diferente que cuando entraron? Este punto debe ser claro desde el principio del sermón, declarado muy bien muy cerca de la introducción, y repetido al final en la conclusión con resumen de cada evidencia bíblica «por qué» que diste.

Pensar en ejemplos específicos en que una persona no está aplicando este principio espiritual, ¿cómo actuaría? También para una persona que capta bien el principio y agrada a Dios en cumplirlo, ¿Cómo actuaría?




La Herejía que entra en la Aplicación

Antes de dejar este tema, déjame decir que muchos sermones contienen puro herejía. Y esto es porque el predicador hace la aplicación equivocada de los textos que usa. En general, la mayoría de los predicadores ignoran aplicación, pero unos hacen mucho de ello, pero de nuevo, la fuerza de obligar al oyente no viene lógicamente de los textos.

Tenemos que checar cada aplicación en el contexto del texto(s) o pasaje(s) principal, y ver si esta aplicación cabe contemplado en aquel contexto.




Los Secretos de la Aplicación de un Sermón

Debemos explicar más aquí. Hay dos fundamentos que nos ayudan entender lo importante que es la aplicación, y como entremete en todo el sermón.

Primero, tenemos que CREER que la Palabra de Dios es poderoso y eficaz para salvarnos y cambiar nuestra vida para que agrademos a Dios. A la verdad, muchos predicadores son personas muy carismáticos, y por esto quiero decir que hablan muy bien, causa la gente a seguirles, y lo que ellos exhortan, muchos lo hacen y siguen esto simplemente porque el predicador lo dijo.

Siento malo cada vez que oigo un sermón relleno de bromas y cosas para «calentar» la congregación antes de abrir la Palabra de Dios. Quiere decir que el predicador cree que por sus talentos y emocionalismo, él va a hacer la obra de Dios en este sermón. Lo que decimos no vale nada sin no está anclado en las Escrituras. Esto es mucho más que usar las Escrituras, es de entenderlas, y usarlas bien.

Segundo, tenemos que CREER que el Espíritu Santo, el morador adentro del corazón de cada cristiano, y el que obra para traer cada inconverso a Cristo, el Espíritu Santo es un poder de cambiar la vida de cada persona. No estamos solos en este trabajo de reformar a las personas. Para cada persona salva, el Espíritu Santo mora adentro de esta persona, y el Espíritu Santo está obrando hacia el mismo fin, cambio moral para que la persona esté hecho en la imagen de Cristo.

En esto, no decidimos lo que deben cambiar en sus vidas, dejamos que Dios decide esto, y confiamos que Dios ha puesto esto en su Palabra, la Biblia. Nuestro trabajo es de «leer» las necesidades de nuestro día igual las necesidades de nuestra gente, y encontrar la porción que habla de esto, Y ACLARAR EL MENSAJE DE DIOS PARA NUESTRA GENTE! 2Tim 2:15




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    Extracto: #4 Un mensaje a los que retroceden
    1 Una invitación amorosa Jeremías 3:12
    2 Una promesa de gracia Jeremías 3:12
    3 Una confesión necesaria Jeremías 3:13
    4 Promesas adicionales Jeremías 3:14
    --H.K.D.

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