Cómo elaborar sermones eficaces

I. Preliminarios

A. ¿Qué es la predicación?

1. “La predicación es la comunicación de la verdad por un hombre a los hombres”.

2. “La predicación es la presentación de la verdad a través de la personalidad” (El Sermón Eficaz, Pág.19,20).




B. Todo predicador y maestro debe querer mejorar su predicación.

A continuación, veamos tres razones porque debemos desear mejorar nuestra predicación:

1. Porque son muy pocos los que saben predicar bien.

“Pocos de los sermones que se predica cada semana en el mundo, son realmente buenos, pero esto no nos excusa ni debe desanimarnos; debemos predicar lo mejor que nos sea posible, esforzándonos para llegar a la excelencia” (Tratado sobre la predicación, 22).

A la verdad, muy pocos saben como predicar bien. Esto es triste porque esto es la cosa principal de un «pastor» ovejero, de alimentar a su rebaño.

2. Porque la predicación es el medio que Dios ha seleccionado para comunicar el mensaje de salvación y debemos predicarlo en la mejor manera posible. 

“Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Co.1:21).

Es una vocación divino, de gran privilegio, y si no vas a tratarlo así, mejor que salgas de allí de inmediato.

3. Porque la predicación mal hecha ha causado que muchas personas  pierdan su alma.

Satanás usa cualquier cosa para desanimar la gente. Sermones pobres y aburridos de predicadores hipocritas son el número uno en tropezar a la gente.

C. Cada mensaje debe empezar en el corazón del predicador, y no copiado desde otros.

Esto no es decir que no debes usar material de otros, pero adaptalo lo mejor que puedes a tus pensamientos y presentación.

D. Cada mensaje debe ser exacto para la gente que tienes enfrente de ti al momento.

Solamente conociendo tu gente puedes discernir esto. Tu, como pastor/predicador, eres el vínculo entre ellos y Dios para que ellos escuchan lo que Dios quiere que escuchan. Debes siempre presentar mensajes que quiere Dios y no rellenar el tiempo con material de relleno.

“El predicador tiene que descubrir las necesidades espirituales, los conflictos, y los problemas de los miembros a quienes predica” (Preaching: Man and Method, 54).




II. Formando un Sermón

A. El Tema y el Título

“El título es una frase que encierra el tema, pero tiene como propósito llamar la atención e interesar a la gente en lo que se va a presentar” (La Escalera de la Predicación, 29).

El tema es lo que enfoca el sermón a una sola cosa, y impone los parámetros del sermón. Sin esta estructura rigida para mantener el sermón unido en un solo tema, el sermón puede correr de una docena de temas y doble de esto de puntos sin asociación uno con el otro, y los oyentes son perdidos totalmente.

El tema es el verdugo del sermón. Lo que no es lo más excelente a demostrar el tema verdad y convencer a los oyentes de practicar su propósito tiene que ser quitado forzosamente del sermón. Lo que no es lo mejor apoyo y exposición del tema es una distracción ni modo que buen que es.

El título es simplemente el tema en una forma concisa para que la congregación puede recordarlo luego.

El tema debe llevar toda la carga espiritual del sermón. Haz ningún punto afuera del tema. Sé rigido de quedarse adentro de las fronteras del tema.




B. Elabora los puntos Mayores

Cada sermón debe tener divisiones. Los puntos mayores deben ser lógicos entre sí. Además es mejor de tomar los puntos mayores de dos a cuatro elementos en un pasaje de Escritura y desarrollar desde allí.

Cada punto mayor debe apoyar el tema y nunca debe ser afuera del tema.




C. Rellenar los puntos con material de la Biblia.

Estudia tu bosquejo y la Biblia y encuentras versículos que apoyan el punto mayor. Si no puedes encontrar versículos, tu tema y su proposición puede ser no bíblico (si no hay material en la Biblia que apoya tal cosa).

Busca ilustraciones también. Deben ilustrar el punto mayor y nada más.




D. Al final elabora la conclusión y la introducción.

La conclusión debe «sellar el trato.» Debe ser el punto más convencente de todo el sermón. Debe ser el elemento donde demuestras más compasión y pasión.

Luego haz la introducción. Desde el final, introduce el tema.

adaptado desde http://www.iglesiadecristo.org/como-elaborar-sermones-efectivos/




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