El Sermón contra una Clase

El Sermón contra una Clase es una entrada sobre como son similares y como son diferentes.




Primero, quiero hacer claro que ni estoy en contra ni en favor de ninguno de los dos. Los dos legítimas en la Biblia. La diferencia entre ellos es básicamente lo que la persona dándolo quiere o no quiere hacer. Un sermón es una presentación de ideas para que el orador lleva a la congregación a un punto de decisión. Deben ver la evidencia y hacer una decisión en favor o en contra de la proposición del orador. Uno de ellos, o ya está convencido del tesis y practicando.

Una clase es una presentación de material para que organices las ideas en una forma para manejarlas mejores. Esto o es para conocerlas ideas por la primera vez.

Mientras un sermón es como un piramide invertido, muchos datos al principio y durante el sermón, la conclusión es para actuar sobre este material. En una clase, se introduce el tema, y se va amplificando y rellenando el tema con más y más información. A la verdad, los sermones deben tener una «llamada a acción» en todos en la conclusión. Una clase no tiene una llamada a acción. Es «para tu información».

En construir un buen sermón, el predicador tiene que entender muy bien el punto, y luego crear el sermón tal para llevar la congregación a este punto de decision. En hacer esto, se puede usar muchos herramientos, pero la autoridad de la Palabra de Dios es siempre el poder supremo.

En una clase, el creador de la clase está capacitando a los estudiantes para que se pueda manejar situaciones en sus vidas de base de lo que ha dicho Dios. El problema con muchas clases es que cuando alguien presenta una clase en la iglesia, la congregación entera, o muchos en la congregación no tienen en mente de ser un estudiante. Esto es de decir que no escuchan a la clase con la idea de utilizar la información. Esta actitud también es un problema para sermones, pero es más vista en clases que sermones.

El Sermón contra una Clase

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Baxter Orientaciones para Odiar el Pecado
es un artículo de 20 "orientaciones" o pensamientos porque debemos odiar el pecado y alejarnos de ello.
Extracto: 1. Orientación
Esfuércese tanto por conocer a Dios como para ser conmovido por Sus atributos. Viva siempre delante de Él. Nadie puede conocer el pecado perfectamente porque nadie puede conocer a Dios perfectamente. Usted no puede conocer el pecado más de lo que conoce a Dios, contra quien usted peca; la maldad formal del pecado es relativa, pues es contra la voluntad y los atributos de Dios. El hombre piadoso tiene algún conocimiento de la maldad del pecado, porque él tiene algún conocimiento del Dios que es ofendido por este.

El impío no tiene un conocimiento práctico y prevaleciente de la maldad del pecado, porque él no tiene un conocimiento de Dios. Aquellos que temen a Dios temerán el pecado; aquellos que en sus corazones son irreverentes e impertinentes para con Dios, harán, en sus corazones y en sus vidas, lo mismo para con el pecado; el ateísta, que piensa que Dios no existe, también piensa que no hay pecado contra Él. Nada en el mundo entero nos mostrará de manera tan simple y poderosa la maldad del pecado, tanto como el conocimiento de la grandeza, bondad, sabiduría, santidad, autoridad, justicia, verdad y etc., de Dios. Por tanto, el sentir su presencia hará que también sintamos la maldad del pecado.

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