Oración – Debemos pedir a Dios

Oración – Debemos pedir a Dios

En este artículo examinamos un poco sobre que debemos pedir en oración nuestras necesidades a Dios.




Dios ha creado la oración como una forma espiritual para que obtengamos lo que necesitamos y lo que deseamos. Pero si no entiendes lo que está pasando, no funciona. Fíjate bien. La oración funciona muy bien, pero tú no sabes como usarla.




Pendientes antes de Orar

Antes de orar, hay unas cosas que tienes que aceptar.

1.) Dios existe.

Heb 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Todo empieza con reconocer que existe Dios, y él es el único Dios que hay. O sea, aceptas que este Dios a quien oras sí existe, y él es quien que creó todo, y quien que da o no da a cada persona.

Sal 75:7 Mas Dios es el juez; A éste humilla, y a aquél enaltece.

Sal 58:11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

1Samuel 2:7 Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece.

Entonces Dios es con quien que tienes que tratar. Esto es difícil porque Dios sabe todo, y ve todos tus pensamientos y motivos. No es posible engañar a Dios.




2.) La fe es el creer, aunque no sabes cómo va a llegar a suceder.

He 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. He 11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

O sea, hay siempre un elemento de confiar que Dios va a obrar algo, aunque no puedes ver tangiblemente cómo Dios va a proveer para ti.




3.) No toda petición Dios va a contestar, especialmente cuando no es su voluntad.

Pidiendo cualquier asunto no es de decir que vas a recibir la cosa. No. Muchas cosas que la gente pide de Dios no les llegan porque simplemente no es en la voluntad de Dios para ellos.

Es triste de reconocer esto, pero aunque Dios nos ama, Dios no va a dar millones de dólares a cada uno de sus hijos. ¡NO ES SU VOLUNTAD! Ahora, ¿por qué no es su voluntad? No es porque Dios quiere hacernos maldad. Es porque nosotros no entendemos que peligroso a nuestra relación con Dios es de ser rico. Pocos ricos llegan al cielo. Si es así, Dios quiere lo mejor por nosotros y esto no es mucho dinero. ¿Por qué no puedes manejar mucho dinero (según como Dios lo vea)? Porque no sabes como manejar poco dinero.




No entendiendo la oración (el pedir a Dios) es esencial

Santiago 4:2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Sin pedir, no vamos a recibir. Pero pedimos, pero pedimos mal. Estamos puro pensando en como gozar de los placeres y deleites de la vida, y estos no son las buenas cosas que Dios nos da (esposa/esposo, hijos, amigos, comida, trabajo, etc), sino queremos cosas malas, sexo afuera del matrimonio, gloria, fama, drogas, lujos, placeres, etc.

Allí es donde se ve que tan afuera de todo estamos.

Lc 8:14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.

Recordamos que la semilla (personas no salvas) que deja que las riquezas y los placeres de la vida llevan control de su vida y dominan su vida no son personas realmente salvas.




El Probar a Dios

Pro 3:9 Honra a Jehová con tus bienes,  Y con las primicias de todos tus frutos; 10 Y serán llenos tus graneros con abundancia,  Y tus lagares rebosarán de mosto.

Esta es una promesa de Dios. No dice exactamente que vamos a ser ricos, sino que vamos a tener abasto. ¿Cómo probamos a Dios? Primero, tenemos fe.

Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Ejercitamos la fe cuando “no vemos” (Heb 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.) cómo las cosas van a salirse, pero confiamos en Dios por nuestra provisión.

En lo del económico, debemos obedecer a Dios, y confiar en Dios que Él va a proveer para nuestras necesidades. Con tiempo y una historia de nosotros siendo fiel, Dios va a “llenar a nuestro graneros con abundancia.” Pero somos mayordomos de lo que Dios nos da.




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